El Real Madrid aguanta en casa ante un Manchester City que puso en aprietos a los Ancelotti y dejan la eliminatoria abierta para decirse en el Etihad Stadium
Un Real Madrid vestido de gala recibía al Manchester City en una de las citas más importantes del panorama futbolístico. Una final anticipada para muchos, entre los últimos vencedores de la Champions League. El duelo comenzaba con mucha intensidad marcado por un dominio de alternancias. Y sin tiempo para pestañear. Porque en trece minutos el marcador ya marcaba tres goles. Las transiciones largas de los “citizens” evitaron las embestidas blancas y desgastaron a los jugadores en el repliegue. Fede Valverde, con un golazo que destruyó la portería de los visitantes, salió al rescate para firmar las tablas en el marcador.
Trece minutos de locura para el Real Madrid
El Real Madrid arrancaba el partido sin saber que dentro de ese guión que tenía en su cabeza había una acción que cambiaría el rumbo de los blancos. Primera jugada del partido, tras una falta que condenó el colegiado con la amarilla a Tchouameni, y primer tanto de la lluvia de goles que vendría después. Bernardo Silva, desde la frontal, colocaría el balón en la red de la portería de Lunin en el primer minuto de juego. Un desenfrenado City que pisaba el Bernabéu con ganas de guerra. Tocaba y tocaba el Real Madrid, frenando el ritmo de los ingleses y buscando un gol temprano que les metiera de nuevo en el partido.
Camavinga avanzó con el balón, creyó en él mismo, y sacó un disparo desde fuera del área que desvía Rúben Dias y termina superando a Ortega. La defensa del Manchester City estaba muy replegada pero a la mínima que cedió espacio, el Madrid, tocando con facilidad, consiguió colarse y marcar. Un minuto después, Rodrygo volvió a ponerse la capa de superhéroe para adelantar a los blancos en el marcador y culminar la remontada en apenas trece minutos. La de siempre. La de ir a la contra. Un ataque simple y directo. Esta vez lanzado por Vinicius y aprovechado por su compatriota, ganándole la partida a Akanji y finalizando con un disparo de caño a Ortega.
El Santiago Bernabéu se viene abajo. Nueva remontada del Real Madrid en la Champions League. Tres goles en apenas 13 minutos. Ambos equipos bajaron el ritmo pero un buen centro del campo del Real Madrid empezaba a cocinar sus embestidas. La tendrían los de Ancelotti para sentenciar el choque antes del descanso pero François Letexier no daría tiempo para más.
Valverde al rescate en la segunda parte frente
Ambos equipos regresan de nuevo al terreno de juego sin cambios en los onces. El Real Madrid salió renovado. Marcando el ritmo. Y con varias ocasiones de gol. Lo que no sabían los blancos, o sí pero no fueron conscientes, es que si no aprovechas las oportunidades acabas pagándolo caro. Eso fue justo lo que le pasó a los de Ancelotti. Phil Foden se inventó un golazo para hacer el 2-2. Recibió en la frontal, giró y se sacó un zurdazo a la mismísima escuadra, imparable para Lunin. Poco después, la misma jugada con diferentes protagonistas. Gvardiol, lateral zurdo, se animó en ataque finalizando con un derechazo con rosca desde el balcón del área, superando la estirada de Lunin.
Los ingleses quitaban las telarañas de la portería blanca y se adelantaba en un partido de película. Por su parte, Ancelotti fue el primero en mover ficha sacando a Brahim y Modric. La frescura de estos jugadores hizo que continuará la locura de golazos en el Bernabéu. Centró Vinicius al segundo palo, donde encontró la volea cruzada perfecta de Valverde, que recordó al uruguayo del curso pasado, superando a Ortega y firmando la igualada de vuelta. Esta vez, Real Madrid y Manchester City serían más conservadores e irían con prudencia en cada acción. El colegiado pitó el final y ambos equipos dejaron la eliminatoria de los cuartos de final abierta para que se resuelva en el Etihad Stadium.