Los de Chus Mateo golpearon primero en el primer partido de semifinales de los play-offs de la Liga Endesa. Los blancos liderados por unos brillantes Tavares y Campazzo no dieron opción a un Barça cada vez más tocado
Tras la intensa batalla entre Unicaja y UCAM Murcia en el primer partido de su serie, la segunda semifinal arrancaba en el Wizink Center con un clásico de los que emocionan. Un Real Madrid-Barcelona que no se daba en la Liga Endesa en semifinales desde hace 29 años. El factor cancha hizo que el Real Madrid recuperara la confianza tras perder la final de la Euroliga ante el Panathinaikos. Mientras, su mayor rival, el Barça no supo aprovechar el bajonazo anímico de los locales y repitió los mismos errores habituales de esta temporada. Todo ello sumado a un muy poco acierto en triples y muchas desconexiones puntuales. Por su parte, los blancos liderados por unos brillantes Tavares y Campazzo dominaron de principio a fin a su máximo rival para llevarse el primer partido.
Un Real Madrid de acierto
Los de Chus Mateo iniciaron el primer cuarto con más energía y concentración que en la final de la Euroliga. La magia creativa de un eléctrico Campazzo puso desde el inicio a los blancos por delante. Los de Roger Grimau intentaban pillar el ritmo blanco a base de triples pero el acierto no iba a estar de su parte. El Real Madrid abrió ya una brecha importante en los primeros 10 minutos (24-14).
En el segundo cuarto se vio aún mejor Barça en el que el liderazgo de Ricky Rubio y Óscar da Silva permitió a los azulgranas recortar distancias en el electrónico (30-31). Pero, una vez más, la falta de continuidad y de acierto hizo que los de Grimau levantaran el pie del acelerador para dar más ventajas, si cabía, al Real Madrid antes del descanso (44-36).
Dos cuartos más y sentencia
Ambos equipos regresaron del túnel de vestuarios con ganas de reaccionar. El Barça debía cambiar muchas cosas si quería seguir en la lucha mientras que el Real Madrid quería sentenciar. Con Tavares (18 puntos, 15 rebotes y 35 de valoración) y Campazzo (20 puntos, 10 asistencias y 31 de valoración) estelares, los de Chus Mateo sellaron un parcial de 17-2 que le llevó a sentenciar el encuentro.
Aún quedaba más en el último cuarto. Sergio Llull se volvió a vestir de superhéroe y metía cada balón que le llegaba a las manos. Con todo eso el Real Madrid amplió la distancia y acabó con las dudas. El Barça poco más hizo y el marcador quedó 97-78 finalmente.